Capítulo 01 – la tercera ola
La tercera ola empezó como empezaron todas: sin invitación.
De pronto, se acababa el baile y volvía el martillo, y yo veía otra conferencia de prensa con mis pasajes a Lima pegados al pecho, buscando dónde esconderme para que no me atrape este corona agua fiestas. Porque sabes qué? Ya luego de casi dos años, con vacunas disponibles para el que quiere y puede, el corona ha pasado a ser eso – un gran y feo aguafiestas.

Capítulo 02 – las mamás del whatsapp
Valga el esterotipo. Las mamás del whatsapp son como las describen los memes (somos como nos describen los memes). Y ahí una lanzaba la primera señal para avisar que fulanito tenía Covid. Luego Menganito. Pero Sultanita, no. Pero Florcita sí. Pero Rafito y Lorenita no. Por qué no dejan llevar el sábado en paz?!
Ese martes nos cerraron el colegio, una semana antes de las vacaciones de Navidad. Yo? Ahí. Con mis pasajes pegados al pecho.
Capítulo 03 – abrazos con mascarilla
Saben cuánto me tomó en volver a abrazar a alguien más allá de mi esposo, hija y mi gato? Un montón. UN MONTON. Ahora llegaba a Lima, donde nos abrazamos y besamos con mascarilla (obvio), y donde nadie, nadie quiere tener corona (obvio). Pero de pronto, y pasados varios abrazos, mi hermana – a quien, recuerden, no veía hacía tres años (o sea que claro que había abrazado) – salió positivo. Chanfle.

Capítulo 04 – escapemos
No, no escapemos de Lima. Escapemos a la playa porque en el mar, la vida es más sabrosa y ahí, el corona se toma con limón. Nunca me testeé tanto como en esos días para asegurarme que eso de sentirme bien no se encontraba únicamente en mi actitud positiva.
Eso, de positiva solo la actitud, porque ese test (que mi hija tambén se hacía, y mi esposo también se hacía, y mis amigos y familia también se hacían) daba negativo y negativo. El viaje continuó sin contratiempos, aunque admito que se sintió diferente a otros viajes. Corona poto.
Capítulo 05 – la tercera dosis para la tercera ola
Aún invicta, llegó mi turno para la tercera dosis. Pero la tercera ola en holanda seguía y nos agarró esta vez por donde agarra a muchos – desde la guardería.
Nota: igual defiendo que nuestros niños vayan al colegio. La educación y lo que se aprende en el colegio (más allá de leer, escribir, y las ciencias naturales) no se aprende detrás de una laptop.
Pero desde la guardería nos llegó. Y así, luego de dos años de pandemia, el Covid tocó la puerta en esta casa.

Capítulo 06 – Seremos inmunes?
Gracias a Dios y a las células T, a mi hija no le pegó fuerte. Tos por un día y nunca hizo fiebre. Eso sí, cuarentena obligatoria para ella, y aislam- MENTIRA! No la aislamos. Cómo se aisla a un hijo? Entendió muy bien que no nos debía abrazar por estos días (Mucita ya tiene seis), y que sus amigos no podían jugar. Entendió que debía perderse la natación ese sabado, aún sintiéndose bien. Pero aislarla? No había manera. De ahí la sorpresa de que pasaron los días y nosotros nos mantuvimos negativos.
Le ganamos al covid?
Capítulo 07 – No le ganamos al Covid
Nunca sabré si fue Mucita o no. Pero luego de dos semanas, el Covid volvió a tocar nuestra puertita en Haarlem cual vendedor de biblias (pero si ya te dijimos que NO!). Y ahí estaba. Con pésimo timing, porque quien también había llegado eran mis primos de Lima el día anterior.
Felizmente, el día que di positivo era el mismo día que ellos se iban a su siguiente destino. «Felizmente», dijo – vaya inocente.

Capítulo 08 – Cual dominó
No fue uno. Ni fueron dos. Fueron tres! (pero dilo cantando)
En casa, cayó mi esposo. En Alemania, van dos (al menos hasta el día de hoy). Justo un colega me preguntaba si sabía de dónde lo había sacado. Mi respuesta es «ni idea, pero sé a quién se lo di – a todos».
Capítulo 09 – Y qué hemos aprendido de todo esto?
Vacúnate caracho. Al menos en mi familia, el Covid nos hizo cosquillas. No es peor que una gripe. No es peor que un bicho en el estómago.
<Comentario impopular (pero igual lo suelto)> Voto porque eliminen las reglas y que reine el sentido común. Si el virus te tumba, te quedas en casa. Si te sientes mal, te quedas en casa. Si puedes seguir con tu vida, sigue con tu vida. Si no estás segura, ponte máscarilla para visitar a tus amigos y familia vulnerable. Pero si tenemos que parar el mundo por aquellos que deciden no vacunarse, no es justo. Yo decidí vacunarme para seguir con mi vida. Ya hice mi parte. </Cierro comentario impopular>
